Al cuestionar que el proyecto de la democracia radical tenga que pensarse desde el populismo no pongo en cuestión que la figura del pueblo tenga que ser reinventada y movilizada como figura polémica de un sujeto colectivo disensual que pone en cuestión las fronteras y criterios establecidos de lo común, pues esto es algo crucial en una comprensión radical de la democracia.

Laura Quintana
La desolación de La tierra y la sombra
La película concluye con un doble final: el final de la abuela, como figura de arraigo, de raíces que se rehúsan a quedar sin tierra, aunque esta tierra sea ya de desolación y de muerte, de sombras y espectros derrotados; y el final de los otros tres, que deciden desplazarse. Y entonces, me pregunto: ¿cómo situarse ante todo este dispositivo que el film construye para desplegar un tal paisaje de desolación? ¿Cómo nos deja esta película si pensamos en alguno de sus efectos ético-políticos?
¿El tiempo de la reconciliación?
Creo que podremos ser de otro modo cuando en lugar de domesticar al otro, por ejemplo, a la alteridad del pasado, podamos aprender a vivir con lo excesivo e indominable que lo atraviesa, que es la otra cara de las alteraciones que nos promete.
“La soledad de América Latina” y el orgullo de ser colombiano
Nos han bombardeado por estos días con noticias varias que despliegan múltiples declaraciones, homenajes, columnas de opinión, a veces rimbombantes u oportunistas, sobre el reciente fallecimiento del escritor colombiano Gabriel García Márquez, y esta columna que escribo aquí no pretende contribuir a este bombardeo mediático que, en estos días de “duelo nacional”, ha venido creando un cierto consenso sobre la importancia de la obra y la figura de Gabo.
¿Una lengua de la paz?
nterpreto que esa “nuestra democracia” que aparece en el acuerdo no se refiere a una democracia nuestra ya dada, que ya nos pertenece, sino a una que está en proceso de ser re-creada, desde y más allá de la mesa de negociación, a través de “robustecimientos”, “ampliaciones”, pero también de modificaciones significativas del lenguaje, las prácticas y los mecanismos de gestión social, de organización política, y de auto-comprensión cultural que están muy arraigados en nuestra interpretación de lo “real”.
¿Los verdaderos retos de la participación política?
¿Qué es lo que está realmente en juego con el segundo punto en la mesa de negociación entre el gobierno y las FARC? En gran medida está en juego el reto de democratizar la democracia sin demonizar la representación, o idealizar las instancias de democracia directa, ni mucho menos rehabilitar la dicotomía entre “democracia directa o representación”.
“Paz jurídico-social” y “paz transformadora”
El trabajo de experimentación política, que se realiza actualmente en organizaciones como el Congreso de los pueblos, no permite meramente insistir en que los movimientos sociales participen del proceso de negociación y sean tenidos en cuenta en los proyectos institucionales de construcción de paz, sino que allí en tales experiencias ya se están produciendo reconfiguraciones de estructuras políticas y sociales.