Entonces, precisamente por su carácter de «raíz floja», en la memoria parece estar latente la capacidad de germinar y sembrar distintos campos de experiencia cuando emprendemos nuevos desplazamientos desde los que resistimos y elaboramos posibilidades de vida sin dejar de lado aquello que nos precede; desde ella transformamos espacios estériles y “echamos nuevas raíces” que abren trayectos a otras posibles experiencias.

Alejandra Ramírez
Filósofa y Politóloga de la Universidad de Los Andes, actualmente estudiante en la Maestría en Filosofía. Adicionalmente, se desempeña como Asistente Graduada de Docencia en el departamento de Lenguas y Cultura en la misma universidad. Sus intereses académicos están enfocados en la filosofía política moderna y contemporánea, especialmente pensada en contextos nacionales. Es miembro del Grupo de Investigación de Estética y Política
Cómo nos venció el lenguaje en la campaña por el SÍ
Necesitamos movilizar aquellos afectos que atraviesan a la población colombiana para así poder ver en ellos su potencial de acción política. No digo que juguemos a una manipulación de las emociones como lo hizo la campaña del NO liderada por el Centro Democrático que, gracias a las declaraciones de Juan Carlos Vélez Uribe, probó lo que el miedo, la indignación o el resentimiento pueden hacer. Digo que emprendamos un ejercicio de entendimiento del otro para dar la batalla, y desde allí, en su mismo terreno, desestabilicemos y cuestionemos aquello que hoy se opone a la implementación de los Acuerdos.