Basta saber si esta vez el PT estará dispuesto a abandonar su modelo de gobierno para disputar el poder, o continuará alimentando los anticuerpos que atacan su propio tejido.

Sebastián Ronderos
Gustavo Petro, el Populista maldito.
Ya que el populismo es —si estamos en lo correcto, como creo que lo estamos—una lógica discursiva de equivalencia identitaria —y no una ideología—, sería un error considerar al populismo como (esencialmente) oposición de democracia. Es el proceso mediante el cual un concepto determinado (en la identificación al mismo) adquiere carácter de sentido común, que bien podría oponerse a principios democráticos o potenciar y radicalizar su deber ser.
Y, ¿cómo van las Zonas Veredales?
Semanas atrás nos reunimos con Julián, miembro del comando de la Zona Veredal (ZV) Mariana Páez, con el fin discutir la situación que están viviendo en los territorios de normalización, posibles planes de acción conjunta y ultimar detalles para el desarrollo de una brigada de salud. Nos encontramos en una cafetería cercana al Carulla de […]
Los sentidos de la indignación
Presenciamos una radicalización e individualización de las identidades del despojo, reforzando protagonismos identitarios y biológicos por sobre la capacidad de generar sujetos colectivos, empáticos y emancipatorios.
La detención de Lula: Juego de tronos en el Planoalto
El PT no tiene más remedio que enfrentarse con todas sus fuerzas a la guerra estratégica que le ha declarado la derecha, que, sumada a la retoma de los intereses tradicionales de las élites políticas y económicas regionales, monta su tablero, articulando su hegemonía sistémica, moviendo sus influencias en el judicial y arremetiendo a través de los principales vehículos mediáticos que tiene a disposición.
A propósito de Narcos: neomacartismo y marcianos
Narcos deja claro que, en paz o en guerra, Estados Unidos seguirá trazando el camino de Colombia hacia la libertad y la democracia de mercados. La otra diana esencial del nuevo tablero geopolítico norteamericano en la región es el país con el mercado más diversificado de América Latina, que ha estructurado una cercanía comercial y financiera con África y Asia, fuera de ser una pieza esencial del MERCOSUR, hoy amenazado por el golpismo de las élites tradicionales. Casualmente, el país del continente con mayor participación en la producción de la serie Narcos: Brasil.
¿Tiene sentido llamar terroristas a las FARC?
El Estado colombiano ha arremetido indiscriminadamente contra los civiles, tan indiscriminadamente como las propias guerrillas; aunque el Centro Democrático se rasgue las vestiduras.
Muerte asistida a una joven República
Me preguntan a regañadientes de qué lado estoy, “¿Con el PSDB y contra la corrupción, o con la delincuencia del PT y sus doctrinas totalitarias?”. No son pocos mis disgustos con el actual gobierno, pero, estar contra la corrupción y con el PSDB o reclamar democracia pidiendo dictadura son aporemas comparables a llamar a un grupo de parapolíticos un “centro democrático”.
Un error espectacular
Se avecina la construcción de un horizonte que permita una transformación elocuente del socialismo anclado en dinámicas de la guerra fría, anacrónico e invasivo, para madurar y evolucionar hacia un socialismo moderno, teniendo cada vez mayor voz e influencia en las coyunturas globales.
SOS, la violencia invisible
El empresariado debe tener una mayor conciencia y responsabilidad sobre las implicaciones de sus labores productivas, pues pueden estar íntimamente ligadas con la violencia que, con tanta pomposidad, se proponen denunciar.
Santos, seriedad con la paz ¡Cese bilateral ya!
Me temo que los motivos para frenar las negociaciones poco tienen que ver con las prácticas, sin duda reprobables, empleadas por las FARC dentro de las dinámicas de confrontación armada. Responde a la búsqueda por generar acercamientos con sectores reaccionarios que tienen la capacidad de sabotear la implementación de los acuerdos negociados.
Ética como fundamento para la paz
Hay que invertir el lente valorativo, la élite no debería ser un grupo privilegiado, depredador y egoísta, no se debería premiar a quien imposibilita la acción moral sino a quien la posibilita. En ese sentido debería surgir una élite menos parecida a un banquero y más a un campesino. La figura de Pepe Mujica es muy diciente en ese sentido y abre cuestionamientos útiles en función de explorar soluciones humanas a nuestros conflictos sociales.
La maratruchización de la violencia en Colombia
Centroamérica, tras poner el punto final a sus respectivas negociaciones, se consolida como una de las regiones más violentas en el planeta, un escalofriante presagio para Colombia, pudiendo caer en una maratruchización de la violencia por no sostener una mínima elocuencia entre el dicho y el hecho.
Centroamérica, tras poner el punto final a sus respectivas negociaciones, se consolida como una de las regiones más violentas en el planeta, un escalofriante presagio para Colombia, pudiendo caer en una maratruchización de la violencia por no sostener una mínima elocuencia entre el dicho y el hecho.
El innombrable
La restricción al debate contra Uribe en el Senado se asemeja más a las formas de inmunidad/impunidad que gozó Pinochet, otro famoso innombrable, tras su derrota en el plebiscito del 88, que a una consideración ética sobre incoherencias de control político dentro de un sistema democrático.
Que alguien le explique a Salud Hernández
La presente columna toma como referencia el discurso de Salud Hernández, no por ella, sino porque encarna en buena medida la reproducción de discursos falaces que axiomáticamente llevan a asumir el conflicto armado como una guerra de “buenos” contra “malos”. Este error es el principal impedimento para encontrar una transformación pacífica del conflicto, y propicia la constante revictimización de las víctimas a manos de las instituciones que deben, en teoría al menos, operar como garantes de los derechos fundamentales de los ciudadanos que dicen representar.
Monarquía democrática ¿Oxímoron o Aporía?
El pueblo español se enfrenta, tras la abdicación del Rey Juan Carlos el pasado lunes 2 de junio, a una aporía constituida por un régimen autoritario, pues contrario a quienes suponen que en España existe una Monarquía Constitucional, fue una determinación impuesta por el régimen franquista ante unas cortes que no tenían legitimidad democrática.
El ajedrez del santo
Mi voto no es ni para Santos ni para Zuluaga, se reserva a las resistencias, luchas y victorias que le espera a la ciudadanía democrática en los siguientes cuatro años.
¿Justicia transicional o fuero penal militar?
De no asumir seriamente un proceso transicional profundo, nos veremos enfrentados a una mara-truchización –si se me permite el término- de la violencia en Colombia, alejándonos aún más de un proyecto nacional democrático, inclusivo y garantista de derechos, que nos permita construir, debatir, deliberar y transformar los conflictos por medios pacíficos.
La paz no es cosa de santos
La llave de la paz no está ni en la Casa de Nariño ni en las “Montañas de Colombia”, pertenece a la ciudadanía en su compromiso frente a las dinámicas nacionales y su capacidad movilizadora por construir un país digno, por fuera de las lógicas que se han planificado históricamente desde el Gun y el Jockey club de Bogotá, y hoy desde el principado de Anapoima.
El sueño del Zar
La democracia ha sido domesticada, incapaz de responder ante las problemáticas actuales, globales, que amenazan sus principios fundamentales. Asistimos pasivamente a un proceso de incremento desvergonzado en materia de desigualdad, no exclusivamente de la riqueza, sino además en el acceso al ejercicio de poder.