Si los colombianos vamos a elegir presidente impulsados por el miedo, ya habremos perdido las elecciones. El miedo que los medios privados nos han inoculado frente a la crisis venezolana nos ha hecho perder todo sentido crítico frente a la izquierda democrática.

Nicolás Villa Moya
¿Llegó la hora de que Colombia salga de las cavernas?
Por ahí pasa el cambio en Colombia. Muchas de las personas decentes pierden su tiempo y esfuerzo limitándose a no ser como los corruptos. De esta manera, solo se participa en el mito que ellos nos plantean. Ya es hora de negar al sujeto y no al predicado, el tiempo de no ser como ellos ya pasó, ya sabemos que las cadenas están rotas, ahora llegó el momento de salir de la caverna y pasar de no ser ellos a ser no-ellos.
¿Qué piensan de la política Colombiana los venezolanos que viven en Colombia?
Nos pusimos en la tarea de consultar con algunos venezolanos (venezolanas para ser más exactos) que conocen o inclusive, que han trabajado en política colombiana, sobre su percepción frente a la misma y sobre la política en general, después de dejar Venezuela para venir a Colombia. ¿Cuál, consideran ellas, es la relación entre la política de Colombia y los venezolanos?
Colombiano, no eres tan corrupto como piensas
Ya es común que la gente de derecha que no ha salido del closet de su propia ideología acuse a todos los políticos, partidos e ideologías de ser igual de corruptos. Sin embargo, Rafael Correa ha dicho, por ejemplo, que en los Panama Papers no aparece ningún expresidente o líder político de izquierda pero sí muchos de derecha. Habría que analizar la veracidad, falsedad, y en dado caso la proporción, de la supuesta corrupción ambidiestra.
Rafael Correa: El latinoamericano de las luces
En momentos donde el acontecer de la humanidad entera muchas veces solo engendra desesperanza, Rafael Correa nos dio verdaderos argumentos y hechos para sentirnos orgullosos de ser latinoamericanos y de izquierda. Ese es su mejor legado.
El “No” de los Colombianos: El retorno de lo reprimido
Todos vivimos el sueño de una paz negociada. El voto por el “No” nos despertó. Solo queda esperar que ese despertar dure lo suficiente para admitir nuestra realidad. Nuestro pueblo no vota bien, es fácilmente manipulado, desinteresado, cobarde, vengativo y nada solidario.
La trampa de ser feliz
De la elevada posición que nuestra sociedad le otorga a la felicidad se desprende el complicado e incómodo lugar donde se encuentra la izquierda hoy en día. La izquierda auténtica no promete felicidad –al contrario casi siempre es crítica y malhumorada. Inclusive te amenaza ¡tres días sin recoger la basura! ¡Estantes sin variedad, quizá vacíos! Los fines a largo plazo, las motivaciones, el contexto, los resultados (países con estantes vacíos donde los niños no mueren de hambre, a diferencia de la Guajira colombiana), el conocimiento, las intenciones, eso no importa. Importa la felicidad.
Amor e ideología en Colombia
No está de más analizar el estado del amor en Colombia. Si bien sabemos que, políticamente somos un rotundo fracaso, ¿cómo nos va en el amor? Mucho me temo que no mucho mejor, pero por ahí (por el amor) pueden comenzar a mejorar ambos asuntos. Si somos tan torpes e ideologizados para construir lo colectivo ¿qué tal si comenzamos por construir lo Dos? Aquí no hay respuestas fáciles ¡Quizá construir lo Dos sea mucho más complicado que lo colectivo!
Las contradicciones ideológicas del humanitarismo de derecha colombiano, a la luz de la realidad internacional
Mucho puede llenarse la boca la derecha humanitaria hablando de acabar con el racismo, los abusos contra la mujer en el mundo islámico y el régimen déspota chavista, pero no podemos permitirnos olvidar estos -¡y todos!- los avances sociales de nuestra época: sufragio universal, derechos de las minorías étnicas, derechos de la mujer, de la niñez, de los trabajadores, de las minorías LGBT, educación universal, salud universal, etc., son precisamente los logros de la izquierda.
Lo que usted no sabe que sabe sobre el proceso de paz en Colombia
Cualquier observador honesto puede volver a comprobar aquella máxima de Lacan, “el deseo es el deseo del otro”. El deseo impaciente de romper con el proceso de paz, que los medios privados nos atribuyen a “los colombianos”, no es otra cosa que el deseo propio de los medios y políticos del establecimiento
Hacia una revolución mediática
No le preguntes a Walter Blanco lo que puede hacer por Canal Capital, pregúntale a Canal Capital lo que puede hacer por Walter Blanco.