El resultado electoral de la primera vuelta para la elección del presidente de la República de Colombia (2018-2022) expresa el antagonismo entre dos cosmovisiones: de una parte, la defensa del status quo, esto es, la sociedad tradicional, herencia de la conquista y el pasado colonial que se reproduce de manera violenta y excluyente hasta nuestros días; de otra, el país que aspira a integrar la postmodernidad del siglo XXI, respetuosa de la dignidad humana, la pluralidad y la convivencia pacífica, la libertad y la democracia, promotora de la armonía economía-naturaleza y del conocimiento creativo asociado a la cuarta revolución industrial.
Izquierda colombiana
Notas libres sobre las elecciones de 2018 y el pobre papel de los intelectuales en Colombia
El gran peligro del discurso de la “despolarización” es que es el antídoto perfecto contra la democracia, la disimulación de los estados actuales de dominación y la condición de continuidad de la violencia como estrategia de dominación.
Gustavo Petro, entre el “centro” político y el centro geográfico
La unidad en segunda vuelta debe ser un imperativo para los sectores democráticos y alternativos del país, no debemos condenarnos a una espiral de violencia de la cual tardemos, una vez más, décadas en salir.
¿Cómo interpretar la estigmatización a Petro por parte de sectores «centristas»?
Es necesario que la izquierda y el «centro» entiendan que deben aliarse para que haya por fin un verdadero cambio democrático en Colombia, tanto en el poder como en la sociedad, y que esto pasa por renunciar a la idea de «pureza». Parece que la izquierda lo entiende cada vez más, pero por el lado del «centro» hay sectores que obstaculizan tal acercamiento. Estos sectores tendrán que decidir algún día si quieren ser copartícipes del cambio o seguir siendo funcionales al conservadurismo.
El miedo a la izquierda de los colombianos dice tanto de nuestras angustias como de nuestra cobardía.
Si los colombianos vamos a elegir presidente impulsados por el miedo, ya habremos perdido las elecciones. El miedo que los medios privados nos han inoculado frente a la crisis venezolana nos ha hecho perder todo sentido crítico frente a la izquierda democrática.
¡Polaricémonos!
Esta es una invitación a tomar posición. Hablo, obviamente, del debate presidencial colombiano y lo que en este se está jugando: la posibilidad real de confeccionar un nuevo pacto político más inclusivo o el recrudecimiento del sistema histórico de acumulación y exclusión.
¿Cómo lograr una convergencia amplia que le dispute la presidencia a la derecha?
Sabemos que es muy difícil que solo la candidatura de Colombia Humana pueda ganar y, dependiendo de cómo se den las cosas, puede que no llegue a segunda vuelta. Por eso el acto de fe. Y por eso el llamado a unirnos todas con el compromiso de entregar parte de lo que creemos para incluir lo que otras piensan y sienten
Lo que demuestra la dificultad de construir una coalición de centro izquierda
El resultado de las elecciones al Congreso para la centro izquierda no fue malo, pues se avanzó un poco con relación a las votaciones de hace cuatro años. Sin embargo, este panorama menos peor se ve ensombrecido por la campaña presidencial que arrancó y por la imposibilidad de las fuerzas liberal-progresistas de unirse y, aún más, de conversar y no atacarse
Gustavo Petro, el Populista maldito.
Ya que el populismo es —si estamos en lo correcto, como creo que lo estamos—una lógica discursiva de equivalencia identitaria —y no una ideología—, sería un error considerar al populismo como (esencialmente) oposición de democracia. Es el proceso mediante el cual un concepto determinado (en la identificación al mismo) adquiere carácter de sentido común, que bien podría oponerse a principios democráticos o potenciar y radicalizar su deber ser.
El respeto a la propiedad privada y las campañas electorales en Colombia
Sin cambios en la propiedad de los medios de producción, las reformas tienen límites serios. Ninguna de las campañas políticas está proponiendo un cambio de fondo.
Sobre Venezuela y su Dictadura (En respuesta a Andrés Felipe Parra)
Meter todo en el mismo saco para referirse a lo que ocurre en Venezuela, o explicar todo por el obrar de un orden económico internacional que está en todas partes y que lo controla todo, es una manera de diluir la responsabilidad que tiene el chavismo y en particular el presidente Maduro.
Golpes y mareas: menos realidades y más creaciones
Para que la izquierda luche con fuerza y de manera democrática se necesita que los movimientos sociales sean como las mareas del mar, que irrumpan y se estén reinventado constantemente, que sus demandas sean el poder constituyente que construirá esos múltiples sentidos de los que brotará una voluntad común.
¿Es la “Izquierda” un significante agotado en el “sentido común” colombiano?
Si la izquierda colombiana desea tener una posibilidad real de poder en los próximos años, deberá entonces hacer una reinvención de los significantes de la política alternativa o hacer parte de un movimiento ciudadano más amplio que de alguna manera “refresque” la contienda política nacional con nuevos significados.
Izquierda con populismo
Más allá de la retórica de los medios masivos de comunicación, y de las histerias de muchos políticos profesionales, la discusión contemporánea sobre el populismo apunta hacia nuevas direcciones. Bien porque el populismo deja de concentrarse en una persona redentora (el caudillo), y se convierte en una lógica constitutiva de la política, que hace inevitable el antagonismo, e imborrable la discordia entre sectores sociales con intereses dispares. O porque, de alguna manera, el “pueblo siempre falta”: siempre está por venir.
Refrendación, plebiscito e izquierda
A la hora de la uberización de las relaciones económicas, sociales y políticas –es decir de la desaparición progresiva de la necesidad de intermediarios en muchos ámbitos de la vida social– es por lo menos preocupante que la izquierda, que pretende luchar por la emancipación del pueblo, no le apueste a la construcción de una cultura de la responsabilidad democrática por parte de la ciudadanía más allá de la elección de representantes.
Presentación del dossier
Desde el portal Palabras al Margen, vemos la necesidad de reflexionar, desde una perspectiva generacional, sobre las acciones, los mecanismos, los cambios y movimientos que debería adoptar la izquierda y el progresismo colombiano para ser una alternativa viable de poder democrático a nivel nacional.
La “crisis” de la izquierda colombiana
En el inminente posacuerdo de paz, la izquierda tiene por fin el reto y la oportunidad de asumir su pasado, con las identidades y “odios heredados” que lo forman, para proyectarse al futuro como una alternativa, sin dejar de ser izquierda.
Crear, seducir, convencer y tres ideas para continuar una conversa
Es fundamental un esfuerzo de pensamiento, de actitud, de lenguaje, de creatividad comunicativa; denunciar a los medios masivos de comunicación es fundamental, pero para nada suficiente, construir estrategias para comunicar masivamente y para ganarse el sentido común, es parte de los retos.
La izquierda colombiana y la cuestión de cómo llegar al poder
El momento actual es una oportunidad para definir si la izquierda quiere en verdad proyectarse como alternativa creíble de poder, así como las medidas que está dispuesta a adoptar para lograr tal propósito. Para poder contemplar con seriedad la posibilidad de ser gobierno, es imprescindible adoptar una estrategia de gran amplitud, que tendría que traducirse, entre otros, en una apertura hacia otros sectores y en un cambio significativo del discurso
Metáforas anacrónicas. Gramáticas de lo común
Newton como teórico político Aunque pase desapercibido, el discurso de la izquierda en muchas ocasiones tiende a estar inspirado en la física newtoniana. Conceptos como ‘masas’, ‘movimientos’, ‘fuerzas’, ‘acción’ o ‘reacción’, son comunes en el habla cotidiana de la izquierda tradicional. Así se expresa un doble anacronismo. Por un lado, por su atraso frente a […]