La paz territorial se construye desde lo local, desde lo comunitario. Su alcance debe delimitar, frenar e imposibilitar el avance de la violencia institucional, gamonal, paramilitar y empresarial, combatiendo el neoextractivismo, redefiniendo la “paz territorial” desde la puesta en marcha de los territorios de paz.
Paro agrario
Los motores del nuevo paro agrario
En una etapa histórica marcada por el ascenso de la movilización, la profundización de un modelo económico y las tensiones en la comprensión de la paz, este paro jugará un rol fundamental para el porvenir de la sociedad colombiana. Este paro refleja la fuerza de un movimiento social que reivindica paz con transformaciones, vida digna en las comunidades y garantía de derechos para toda la sociedad.
El paro agrario y el pulso territorial
El paro deja dos enseñanzas cruciales. En primer lugar mostró que la movilización puede construir política pública, que los paros y las protestas no son inútiles y que la genuina democracia se construye en las veredas y los resguardos. En segundo término, que la movilización expresa un pulso por el territorio y por lo público que tendrá larga duración.
La cuestión agraria: un asunto de “Defensa Nacional”
El Paro Agrario Nacional es un asunto de “Defensa Nacional” con la protesta campesina. La cuestión agraria es discutida y pone en duda el privilegio de territorio y vida en Colombia. Por esta razón, es objeto de acción militar y policial justificada por “certezas” institucionales (infiltración de grupos armados).
De nuevo la rebelión de las ruanas, ponchos y bastones
El país aún recuerda a miles de campesinos y campesinas que en el 2013 salieron a las carreteras colombianas a exigirle al gobierno solución a sus críticos problemas. Esos mismos miles de campesinos y campesinas retornan a las carreteras denunciando el incumplimiento de los acuerdos pactados el año pasado y proponiendo refundar la política agropecuaria del país.
Conflicto agrario: campo de discordias
Nuestros pueblos originarios no son sumisos. El reciente levantamiento agrario-minero popular, en lucha por la defensa de su existencia, dignidad y derechos, es un proceso insurreccional que tan sólo ha comenzado y continúa. Es una lucha en la cual está en juego la vida de nuestros pueblos raizales.
Ponerse la ruana: del performance a la hegemonía. Una respuesta a Richard Tamayo
Confieso que tengo una ruana y un poncho. La ruana la heredé de mi abuelo, un maestro de construcción que trabajó incansablemente hasta su muerte. El poncho fue un regalo de los campesinos del Coordinador Nacional Agrario de Catatumbo. Los seguiré usando con orgullo, haya o no paro agrario, pues expresan mis orígenes, nuestros vínculos y nuestras luchas por una sociedad más justa.
Paro nacional agrario (parte I): lecciones no aprendidas de economía
Lo que está a la base del problema es el modelo económico y no solamente los precios de los insumos ni las cadenas de intermediarios entre el campesino y los grandes supermercados. El problema de los insumos y de los intermediarios responde también al modelo.
El paro nacional agrario: cuando lo reivindicativo es transformativo
Es crucial mencionar que el apoyo o la coincidencia de gremios como los camioneros, los mineros, los estudiantes, integrantes del sector salud y las centrales obreras en esta movilización, es una muestra de la efervescencia creciente de un movimiento social que busca transformaciones a partir de sus agendas particulares. La coincidencia múltiple en la movilización de esta semana es indicador de la posibilidad de coordinar acciones en esos sectores dispersos.