el perdón es un acto íntimo y personal pero no por ello es menos político. En cierta forma es un acto profundamente revolucionario mediante el cual la víctima invierte la relación de poder que la une al victimario y se emancipa de la condición de “víctima”. El perdón empodera. Devuelve a las personas el control de sus propias vidas.

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Carolina Garzón Díaz
