Ahora la violencia no sólo descansa en una estructura política y económica, sino en las relaciones más íntimas de la comunidad; por esa razón la licencia de la civilización se extiende para transformar nuestros “valores y actitudes”. El problema vendrá cuando la cifra estadística evalúe y señale nuestros “valores y actitudes” y no la estructura política y económica. En ese momento todos seremos una amenaza “extremadamente violenta”.

Carta pública dirigida al presidente Iván Duque
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Carolina Garzón Díaz
