El obrero Krbavcic no era el ciudadano europeo-burgués que esperaban los distinguidos habitantes de la República Argentina. Los Drassich, los Krbavcic y un sin número de familias, decidieron no soportar el hambre de la Europa belicista del siglo XX y trabajar para llenar sus mesas y las mesas de otros; el goce de esos invocados manjares, ya no debían ser exclusivos de unos cuantos, la buena vida debe ser posible para todos.

Carta pública dirigida al presidente Iván Duque
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Comunicación para la inclusión y la diversidad: 5 elementos para pensar antes de publicar
Carolina Garzón Díaz
