La Consulta Anti-corrupción representa un reto cuantitativo y cualitativo, pues se requieren 15 millones de votos para alcanzar el objetivo, 6 millones más de lo obtenido en las elecciones presidenciales. Es la oportunidad de avanzar otro paso en la transformación del modelo político corrupto que le ha permitido a los mismos de siempre elegirse una vez más; sin embargo, hay que señalar que la consulta solo toca algunos de las aspectos que propician o toleran la corrupción en Colombia, aún tenemos mucho por hacer para superar la cultura del más “vivo”, de la ventaja, de la trampa, tenemos mucho que hacer en las instituciones del Estado, en las entidades del orden territorial, en las formas de gobernar.
Corrupción
Corrupción y desigualdad: dos lados de una misma moneda
La corrupción no es un tema menor y aunque algunos lo tratan como un elemento de mera normatividad también incluye elementos culturales; por supuesto, refleja también parte del conflicto distributivo. Por eso es importante definirla como un mecanismo en el que se utilizan diferentes herramientas legales, ilegitimas y/o ilegales para obtener un beneficio económico, como una actividad presente tanto en el sector público como en el privado, y por lo general se realiza en contubernio de los dos.
El 17 de junio: ¿nuevamente la paz?
En cualquier caso, hemos ganado mucho en este proceso y es importante que la cualificación democrática del país, que ha permitido estos Acuerdos de Paz, continúe fortaleciéndose y permita que esa apertura a nuevas fuerzas en los distintos escenarios de participación se materialice, permitiendo que la deliberación política alrededor de los problemas comunes resulte más efectiva en construir alternativas que transformen realidades que lo demandan.
Cortinas de Humo
La corrupción es algo tan etéreo, tan fácilmente atribuible a cualquier cosa, que juega perfectamente como cortina de humo. Si bien es cierto que la mayor parte de los gobernantes, jueces –incluso magistrados–, y legisladores de nuestro país son corruptos, decir que la corrupción es el principal problema que nuestro país enfrenta actualmente se ha convertido en una fórmula de fácil repetición pero inextricable
¿Llegó la hora de que Colombia salga de las cavernas?
Por ahí pasa el cambio en Colombia. Muchas de las personas decentes pierden su tiempo y esfuerzo limitándose a no ser como los corruptos. De esta manera, solo se participa en el mito que ellos nos plantean. Ya es hora de negar al sujeto y no al predicado, el tiempo de no ser como ellos ya pasó, ya sabemos que las cadenas están rotas, ahora llegó el momento de salir de la caverna y pasar de no ser ellos a ser no-ellos.
Superar las Tinieblas de la Corrupción.
Nos urge entender que la ética y la política son indisolubles; no hay posibilidad de recuperar la confianza de la ciudadanía en el Estado, sus instituciones y en los partidos políticos, si no resignificamos el sentido de lo político, desde la tradición aristotélica de la búsqueda del bien común o en la profética visión de Francisco
La corrupción y el delito como ejes gravitacionales de la democracia colombiana.
La actual situación política en nuestro país pone de presente la necesidad de romper el imaginario de que la orientación de la política colombiana en las últimas décadas es la única posible. Ello implica asumir que sí se ha dinamizado un proyecto político cimentado en la desigualdad, la polarización y la cooptación mafiosa del estado por las elites.
Seudo-ciudadanía y falsa indignación
La indignación, esta pasión vehemente que genera rechazo, cumple un papel fundamental en la construcción de ciudadanía y en la conciencia de ser sujetos de derechos y de deberes. La indignación legítima es uno de los motores más importantes para la organización y movilización social capaz de transformar realidades injustas complejas, como la corrupción.
¿Por qué no pasa nada con tanta corrupción?
La corrupción involucra entender la dualidad presente en las instituciones actuales: de ser por un lado la garantía de estabilidad y, por el otro, herramienta para el enriquecimiento de algunos sectores de la sociedad. Así pues, los Zuluaga, los Vargas, los Santos, los Samper y los menos visibles en la arena política, los Sarmiento, los Ardila, etc., representan esos grupos que han estado estrechamente ligados a la construcción del Estado, pero que además se han enriquecido en el proceso.
Colombiano, no eres tan corrupto como piensas
Ya es común que la gente de derecha que no ha salido del closet de su propia ideología acuse a todos los políticos, partidos e ideologías de ser igual de corruptos. Sin embargo, Rafael Correa ha dicho, por ejemplo, que en los Panama Papers no aparece ningún expresidente o líder político de izquierda pero sí muchos de derecha. Habría que analizar la veracidad, falsedad, y en dado caso la proporción, de la supuesta corrupción ambidiestra.
(No) Más corrupción
La bandera anticorrupción es tan amplia que todos caben allí, es momento de pensar con atención cómo es posible que políticos tan disímiles tengan tanto en común. ¿Será que estos grandes políticos poco tienen que ver con sus electores? ¿Será que estos grandes representantes solo se representan a ellos y a quienes los financian?
Post acuerdo y lucha contra la corrupción
La lucha por la implementación del Acuerdo de paz, es la lucha por un cambio de paradigma para el país, por la posibilidad de una mejor Colombia, por el tránsito hacia un cambio cultural, político, social, económico, ambiental y humano.
La inconveniencia de priorizar la lucha contra la corrupción sobre la implementación de la paz
No cabe duda de que la lucha contra la corrupción en Colombia debe ser considerada como una tarea primordial. Sin embargo, es motivo de preocupación el modo en que, en medio de la coyuntura marcada por el gran escándalo del caso Odebrecht, se pretende priorizar esta lucha en detrimento del proceso de paz que, con el inicio de la fase de implementación, entra en su momento más delicado y decisivo.
La impunidad de las élites políticas
Para Colombia, el paso de la indignación a la acción, el aliento para sacudir la base de poder de ciertos sectores poderosos de las élites políticas y someterla de una vez por todas, debe vincularse con la agenda inmediata de reformas a la que el posconflicto le abre posibilidades.
Odebrecht, extractivismo y corrupción en Colombia
Colombia debe llegar al punto en el que su contratación pública se realice con verdaderos criterios objetivos y se libre del fenómeno de la corrupción, el cual hoy en día se alimenta del modelo extractivista y repercute directamente en el ambiente y los territorios.
Despojo con domicilio panameño
El posacuerdo demandará importantes inversiones estatales, de tomarse en serio. Sin embargo, esto no puede ser excusa para adelantar reformas tributarias que profundicen la desigualdad y pongan más cargas a las clases medias y a los trabajadores. Al contrario, los recursos deben provenir de los sectores de mayores ingresos. El refugio de capitales en paraísos fiscales obstruye este propósito, combatir esta práctica parece una importante fuente de recursos para el fisco, que el Estado colombiano debe aprovechar.
Una crisis profunda, no un problema aislado
El problema de fondo no es la corrupción de uno, dos o todos los magistrados de la Corte Constitucional, es la cooptación de gran parte del Estado por parte de un proyecto político de corte mafioso que se ha posicionado fuertemente en el grueso de la institucionalidad colombiana.
La salud y el sistema vampiro
El negocio de la salud ha representado la fuente de financiamiento de las mafias colombianas. Según Armando Montenegro, ex director del Departamento Nacional de Planeación, el manejo de Fosyga, la Superintendencia de salud y los recursos subsidiados de la salud ha estado permeado por caciques políticos, paramilitares y otros personajes del bajo mundo.