En la actualidad, el usuario que cancele el pasaje de $ 2.200 en TransMilenio tendrá la posibilidad que el vehículo “Bus Rapid Transit” se parta en dos, se incendie mientras transita y si se vara un articulado, Peñalosa increpa y responsabiliza al conductor: “Qué pasó ahorita ¿Preciso en este? Mucha casualidad ¿Cómo es el nombre suyo?”.
Movilidad
Por la defensa del sistema: autoritarismos en el gobierno del transporte “público” y la movilidad en Bogotá
Independientemente del debate financiero, urbanístico y de planeación (incluso de seguridad) que merecen estos episodios, he pretendido resaltar cómo la Administración asume un discurso político de odio, segregación y obediencia de la ley. Hay ciudadanos buenos y malos: los malos se cuelan en el sistema, son vándalos, capaces de matar y, sobre todas las cosas, no aceptan pagar por usar el Transmilenio.
¡Lo ancho pa’ ellos y lo angosto pa’ uno!
A la aristocracia y a los empresarios de la construcción y del sector inmobiliario los felicito, porque con Enrique Peñalosa Londoño lograron su propósito: ¡Recuperar Bogotá! Y lo hicieron con los votos de miles de ciudadanos, muchos de ellos perjudicados por las medidas de Enrique.
100 días: de doctor a impostor
Queda demostrado que estamos ante una persona de dudosa transparencia, construyendo su imagen alrededor de una mentira repetida por 25 años. En estos 100 días Peñalosa pasó de ser Doctor a Impostor, y su eslogan “Bogotá Mejor para Todos” una trágica paradoja que acaba de comenzar.
El transporte masivo y los ciudadanos
Cada día, la Alcaldía dilatará el proyecto de modernización del sistema integrado de transporte en la Ciudad, donde el metro es el centro. Dará debates intrascendentes, generará conflictos con diferentes sectores, sacará estudios del bolsillo, se tranzará en discusiones interminables que no conducirán a nada. Y mientras tanto, los ciudadanos nos acostumbraremos a vivir en una caverna.
Peñalosa, el tirano
Afirmar, como lo quiere el alcalde, que en 40 años habrá un crecimiento de 300% en la población de la ciudad, no es un despiste, ni una ligereza; es engaño deliberado a la ciudadanía. Así como es totalmente engañoso mostrarse como técnico y no como político, compitiendo para ocupar un cargo político.