el perdón es un acto íntimo y personal pero no por ello es menos político. En cierta forma es un acto profundamente revolucionario mediante el cual la víctima invierte la relación de poder que la une al victimario y se emancipa de la condición de “víctima”. El perdón empodera. Devuelve a las personas el control de sus propias vidas.
reconciliación
El duelo y la paz
El duelo es entonces un asunto que oscila entre lo individual y lo colectivo. Cuando se pierde a alguien, no solo se apaga la vida de otro, se suspende todo un trazo de la vida en común que debe ser reparado, esta reparación no obstante, requiere de una serie de estructuras sociales e institucionales que la viabilicen.
¿El tiempo de la reconciliación?
Creo que podremos ser de otro modo cuando en lugar de domesticar al otro, por ejemplo, a la alteridad del pasado, podamos aprender a vivir con lo excesivo e indominable que lo atraviesa, que es la otra cara de las alteraciones que nos promete.