He llegado a mi estación. Mientras me escabullo entre los otros pienso en los buses colmados, las cárceles saturadas, las escuelas y hospitales públicos del hacinamiento. ¿Por qué habrá lugares en los que hay más espacio entre las cosas? Y creo que sí, que la lucha de los oprimidos también es por el espacio.
Transmilenio
Peñalosa o el neoliberalismo solapado
Así como parte del «éxito» del neoliberalismo consiste en disimular su propia violencia y aparecer como un modelo despolitizado, la fama de Enrique Peñalosa se ha construido sobre una imagen artificial de buen gerente y administrador, alejado de la politiquería. Este engaño se hace posible a través de la repetición y la mediatización de un discurso dominante, que naturaliza un modelo que es en principio únicamente una opción entre otras y deslegitima las voces discordantes
El transporte masivo y los ciudadanos
Cada día, la Alcaldía dilatará el proyecto de modernización del sistema integrado de transporte en la Ciudad, donde el metro es el centro. Dará debates intrascendentes, generará conflictos con diferentes sectores, sacará estudios del bolsillo, se tranzará en discusiones interminables que no conducirán a nada. Y mientras tanto, los ciudadanos nos acostumbraremos a vivir en una caverna.
Peñalosa, el tirano
Afirmar, como lo quiere el alcalde, que en 40 años habrá un crecimiento de 300% en la población de la ciudad, no es un despiste, ni una ligereza; es engaño deliberado a la ciudadanía. Así como es totalmente engañoso mostrarse como técnico y no como político, compitiendo para ocupar un cargo político.
Cultura ciudadana: el pasaje de Transmilenio o la vida
Transmilenio debería empezar por demostrarle a sus usuarios que es público, esto es, que debe su existencia a ellos, pues no es posible cosechar legitimidad si se siembra ineficacia.
¿Separadas pero iguales? El vagón rosado del TransMilenio de Bogotá
Resulta difícil pensar que los casos de acoso sexual en TransMilenio sean independientes de otras formas de violencia (física y psicológica) que sufren a diario las mujeres. Claramente, dichas situaciones no pueden ser desvinculadas de la estructura social altamente patriarcal en la que vivimos, de las representaciones sociales de género existentes, de los imaginarios con los que cohabitamos y en los cuales la mujer figura como un ser sumiso.